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CINCO CITAS DEL CAMPO DE MONTIEL EN CONTEXTO

By mayo 18, 2025 No Comments

Por Guadalupe Díaz Muñoz

A continuación presentamos las cinco citas contextualizadas que Cervantes hace del Campo de Montiel en El Quijote.

1º) Prólogo.

Cervantes describe a Don Quijote, un hidalgo venido a menos, obsesionado con leer novelas de caballerías y se empeña en emular a estos protagonistas, corriendo aventuras. Para empezar, busca las armas de sus antepasados que se encuentran oxidadas, las limpia, pone nombre a su caballo,  Rocinante, un jamelgo viejo y desnutrido y elige a una amada, Dulcinea, que en realidad es una aldeana llamada Aldonza Lorenzo, de la villa de El Toboso, a la que ni siquiera conoce pero que en su imaginación la ensalza como la doncella más bella del mundo a la que dedicar su amor y por la que acometer las aventuras que le surjan por los caminos. En la descripción de Don Quijote se halla la primera cita del Campo de Montiel:

 

“Don Quijote de la Mancha, de quien hay opinión, por todos los habitadores del distrito del Campo de Montiel que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos”

 

2º) Capítulo II

Una vez Don Quijote se ve preparado para realizar su labor de desfacer entuertos, sale de su casa por el portón del corral, va montado en su caballo Rocinante, vestido de armadura y con las armas a cuestas, lanza (adarga), escudo y bacía en la cabeza a modo de casco. Parte una mañana, muy temprano, cuando el sol comienza a salir por el horizonte. Aquí, Cervantes cita por segunda vez al Campo de Montiel y en la misma frase, corrobora que es por el Campo de Montiel y no por otro lugar, por donde Don Quijote comenzó a caminar:

 

“Y comenzó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel. Y era la verdad que por él caminaba”

 

3º) Capítulo VII (7)

Después de diferentes aventuras en las que Don Quijote salió malparado, llega a una venta que en su imaginación piensa que es un castillo. Allí tiene también algunos problemas con los huéspedes, y el ventero, para evitar problemas mayores, le nombra caballero. Don Quijote se da cuenta de que necesita un escudero para ser un verdadero caballero, por lo que decide volver a su pueblo, no sin antes tener una serie de altercados por el camino que le hacen llegar a su casa malherido. Allí, su sobrina, su tía, el cura y el barbero queman su biblioteca, pensando que los libros son la causa de su locura, y la tapian. Cuando Don Quijote recobra el conocimiento, cree que su biblioteca la ha hecho desaparecer el sabio Frestón. Entonces, decide buscar escudero y convence a su humilde vecino, Sancho Panza, al que le promete el gobierno de una ínsula. Así, salen otra vez de su casa en busca de nuevas aventuras:

 

“Acertó Don Quijote a tomar la misma derrota y camino, que él había tomado en su primer viaje, que fue por el Campo de Montiel.”

 

4º) Capítulo LII (52)

Don Quijote y Sancho pasan por diferentes aventuras, de las que salen malparados, entre ellas, cuando ve acercarse una procesión con una virgen en andas. Don Quijote cree que llevan a una princesa prisionera y arremete contra los disciplinantes para liberarla. Nuevamente Don Quijote queda muy malherido y Sancho Panza y el cura deciden llevarlo a su pueblo en un carro que Don Quijote cree encantado. En este capítulo, la voz del narrador cuenta que el autor no tiene información sobre la tercera salida, pero que ha oído que salió hacia Zaragoza y que ha encontrado dentro de una caja de plomo de un antiguo médico varios pergaminos con epitafios y elogios sobre las hazañas de don Quijote, la belleza de Dulcinea, la fidelidad de Sancho y hasta la sepultura del caballero. En uno de estos sonetos, figura este epígrafe: “Los académicos de la Argamasilla, lugar de la Mancha, en vida y muerte del valeroso Don Quijote de la Mancha, esto escribieron”

 

Dentro del primer soneto, aparece la cuarta cita del Campo de Montiel:

 

“Pisó por ella el uno y otro lado de la gran Sierra Negra y el famoso Campo de Montiel, hasta el hermoso llano de Aranjuez, a pie y cansado”

 

5º) Capítulo VIII (8) de la Segunda Parte.

Aquí se inicia la tercera salida de Don Quijote y Sancho, que tiene como objetivo llegar a El Toboso para recibir la bendición de su dama Dulcinea. Sancho, que ya ha visto a Dulcinea, como una aldeana, teme la reacción de Don Quijote al verla tal y como es, y comienza a avisarle de que quizás no sea la dama que él espera encontrar. Finalmente, Don Quijote piensa que quizá su dama Dulcinea haya sido encantada y haya perdido su nobleza, encanto y belleza.

 

“Y pongan los ojos en las que están por venir, que desde agora en el camino del Toboso comienzan, como las otras comenzaron en los Campos de Montiel”.