Nuestra Tierra

EL BUEN GOBERNANTE

By noviembre 2, 2023 No Comments

 

 

Estamos inmersos en continuas elecciones generales, locales, europeas y nos vemos con la responsabilidad de elegir a los candidatos que nos van a gobernar durante los próximos años. Esta tarea de elegir al mejor candidato no es siempre fácil, porque ¿qué cualidades debe reunir un buen gobernante?.

Dos personalidades ilustres, vinculadas a nuestro Campo de Montiel, hace ya unos cuantos siglos, nos dejaron sus reflexiones sobre este asunto del buen gobierno: Don Miguel de Cervantes y Don Francisco de Quevedo.

Don Miguel de Cervantes, en “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, capítulo XLII de la segunda parte “De los consejos que dio Don Quijote a Sancho Panza, antes que fuese a gobernar la ínsula, con otras cosas bien consideradas”, nos dice en boca de don Quijote:

-“Deben acompañar la gravedad del cargo que ejercitan con una blanda suavidad que, guiada por la prudencia, los libre de la murmuración maliciosa.

-“Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores; porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio. Innumerables son aquellos que de baja estirpe nacidos, han subido a la suma dignidad pontificia e imperatoria; y desta verdad te pudiera traer tantos ejemplos que te cansaran.”

 -“Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda y la virtud se aquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.”

 -“Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico como por entre los sollozos e importunidades del pobre.

-“Cuando pudiere y debiere tener lugar la equidad, no cargues todo el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.

-“Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso.

-“No te ciegue la pasión propia en la causa ajena; que los yerros que en ella hicieres, las más veces serán sin remedio y si le tuvieren, será a costa de tu crédito y aun de tu hacienda.

-“Al que has de castigar con obras, no trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones.

En el capítulo XLIII “de los consejos segundos que dio don Quijote a Sancho Panza”:

-“Anda despacio; habla con reposo; pero no de manera, que parezca de te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala.

– “Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día; y advierte, ¡oh, Sancho!, que la diligencia es madre de la buenaventura; y la pereza, su contraria, jamás llegó al término, un buen deseo.

Don Francisco de Quevedo, en su libro “Política de Dios y Gobierno de Cristo”, nos dice lo siguiente:

-“Rey que pelea, y trabaja delante de los suyos, oblígalos a ser valientes;…Quien los manda pelear, y no los ve, ese los disculpa de lo que dejaren de hacer; fía toda su honra a la fortuna, no se puede quejar sino de sí solo.”

-“Rey que con el favor diferencia en público uno de todos,  para sí ocasiona desprecio, para el privado odio, y en todos, envidia.”

-“…los malos ministros y consejeros tiene el demonio como al endemoniado del evangelio, ciegos para el gobierno, mudos para la verdad y sordos para el mérito; sólo tienen dos sentidos libres, que son el olfato y manos.

-“Sólo es buen ministro quien derechamente mira a los necesitados. Quien da al poderoso, compra y no da, mercader es, no dadivoso, logro es el suyo, no servicio, más pide dando que pidiendo; porque pide obligando a que le den.

-“El Rey es persona pública, su corona son las necesidades de su reino. El reinar no es entretenimiento, sino tarea; mal rey el que goza sus estados, y bueno el que los sirve. Rey que se esconde a las quejas y que tiene porteros para los agraviados, y no para quien los agravia.

-“Los reyes nacieron para los solos y desamparados; y los entrometidos para peligro, y perfección y carga de los reyes; de estos han de huir hacia aquellos, quien solicita y pretende el cargo, le engaita, o le compra, o le arrebata; quien se contenta por hacerse por la virtud digna de él, le merece. A estas cosas no se han de acudir por relaciones, y por terceros; los ojos y los oídos del rey han de ser los más frecuentes ministros; los necesitados no han de buscar al rey, ni a los ministros; esa diligencia su necesidad la ha de tener hecha; los ministros y los reyes han de salirle al camino; ese es su oficio: y consolarlos, y socorrerlos su premio. Para saber si gobierna Satanás una república, no hay otra señal más cierta, que ver si los menesterosos andan buscando el remedio, sin atinar con la entrada a los príncipes.

-“…Los monarcas sois jornaleros; tanto merecéis, como trabajáis. El ocio es pérdida del salario; y quien descansando así, os recibió en su viña por obreros, mal os pagará el jornal que él ganó así, si así no le ganáis.

-“Señor, los pretendientes los sedientos, los allegados, os quieren pozo hondo y oscuro y retirado a la vista, porque sólo ellos puedan sacar lo que quisieren. Estos, Señor, que alcanzan con soga y no con méritos, paguen con su cuello el esparto…Pozo os quieren, Señor, fuente sois…Ellos os quieren detenido y encharcado para sí…Corred como fuente, pues lo sois, y para quien os quiere pozo, sed sepultura.”

De la lectura de estas reflexiones, se desprende que antes, como ahora, el buen gobierno era un tema de preocupación y eso que tenemos que recordar que en aquellos tiempos no elegían a sus gobernantes; en el caso concreto de Quevedo, hacer estas observaciones le trajo problemas y le costó enemistarse con la corte.

En muchas ocasiones, los árboles no nos dejan ver el bosque; a la hora de elegir a nuestros gobernantes, puede que  tengamos en cuenta cuestiones como el partido al que pertenecen, o nos veamos inmersos y confundidos en enfrentamientos muchas veces superficiales y, sin embargo, no nos fijemos tanto en la valía personal de los candidatos, su honradez,  su integridad y sus ganas de servir a los demás.

 

Juan José Sabio.