Hoy dedicamos este espacio a un libro que recoge el vocabulario utilizado en la provincia de Ciudad Real en general y, en particular, en las poblaciones de esta provincia, entre las que se encuentran las del Campo de Montiel. Nos referimos al Diccionario del habla de lo provincia de Ciudad Real, cuya ficha bibliográfica se indica más abajo.
PEDRO JOSE DEL REAL FRANCIA Y JUAN MANUEL SANCHEZ MIGUEL, Diccionario del habla de lo provincia de Ciudad Real. Prólogo de Joaquín González Cuenca. 2007, 307 págs., il. col. y b/n. 2Q edición. ISBN: 978-84-7789-236-6
El diccionario está dedicado “a los mayores, guardianes del acervo popular” y, según los autores, lo que se pretende es que «no se pierda, de la mano del olvido, el rico acervo lingüístico con el que se han comunicado durante generaciones las gentes de nuestro entorno; porque las palabras no mueren cuando ya no existe aquello a lo que una vez han nombrado, sino cuando ya nadie las recuerda”.
El prólogo lo escribe el catedrático de Filología Hispánica de la Universidad de Castilla La Mancha, don Joaquín González Cuenca, quien indica la necesidad que había de tener un estudio sobre el léxico que completara el anterior estudio realizado por Pilar García Mouton y Francisco Moreno, Atlas lingüístico y etnográfico de Castilla-La Mancha. Materiales fonéticos de Ciudad Real y Toledo (Madrid, CSIC, 1994). Aunque según el profesor González Cuenca, “…queda por hacer un inventario de modismos y expresiones coloquiales, todo un lujo de la creatividad de nuestro pueblo. Cervantes se percató de ello y dejó hablar a Sancho.»
Como sabemos, la comarca del Campo de Montiel, al tener una situación estratégica excepcional, por comunicar la Meseta central con el Levante y el Sur peninsular, ha sido testigo del paso de distintos pueblos como oretanos, carpetanos, cartagineses, romanos, visigodos o musulmanes. Todos ellos fueron dejando huellas en el habla de nuestra región. Por ejemplo, del mozárabe tenemos «capacho»; del aragonés y catalán, «empentar, lucana, melguizo, gallino, panocha…»; del árabe, «alboroque, alifarse, alcaucería …»; o voces arcaicas como, «cristianar (bautizar) o curioso (aseado)».
Se trata pues, de un diccionario que refleja las palabras propias de los pueblos de Ciudad Real, citándose la etimología u origen de la palabra, siempre que los autores la han podido precisar, y el pueblo o pueblos donde se ha podido documentar su uso.
Es una obra muy aconsejable para consulta.
A continuación, y en diferentes capítulos, vamos a ir recogiendo las palabras identificadas como propias de los pueblos del Campo de Montiel. No se van a indicar todas, porque supondría copiar demasiados términos, pero sí una buena muestra de este léxico que, en muchas ocasiones nos traerá recuerdos de tiempos pretéritos. Seguro que, con ello, contribuiremos a despertar esa añoranza de cuando oíamos hablar a nuestros abuelos.
A
Abajón. Muy abajo.
Abanto. Aturdido y torpe.
Abarredera. Instrumento con ganchos de varias puntas que se usaba para recuperar los cubos caídos en los pozos.
Abenicio. (del latín ab initio «desde el inicio»). Desde hace mucho tiempo.
Ablentao. (del latín eventilare «agitar el aire» cruzado con aventar). Adverbio. Muy deprisa, rápido.
Abocicarse.Acercar mucho a la boca para beber.
Abotardao, dá. Atontado.
Abrego. Viento del suroeste.
Abubo, ba. Tonto, necio.
Abuceta. Se aplica a la tinaja con una capacidad de aproximadamente 120 litros.
Abulia. Jaleo, revuelo
Abunda. (del latín abundus»abundante»). Presuntuoso, sabelotodo.
Acarear. Echar de casa.
Acarrear. Transportar la mies en carros desde el campo a la era.
Acedo, da. Antipático, desabrido.
Aceitunera. Insecto negro, de abdomen grande y blando, en el que tiene un dibujo de color rojo y en forma de cruz.
Achaúras. Restos que quedan en las eras después de limpiar los cereales.
Achuchante. Dícese del hombre listo y dispuesto.
Acibuchar. Mirar para enterarse de algo sin perder detalle.
Acipámpano, na. Tonto.
Aclaraeras. Objeto muy pesado que hay que transportar.
Aclaraeras (echar las). 1. Despertar. 2. Arreglar algo con poco cuidado.
Acribar. Cribar
Adentrón. Muy adentro.
Aderezo. Joya que se regala a la novia.
Adiós. Voz empleada como respuesta a un saludo.
Adobar. Añadir al barro base una cantidad de polvo seco para que éste alcance la textura necesaria para el trabajo de alfarero.
Adormiscarse. Dormirse a medias. Adral. Varillas laterales de carros y galeras.
Aforante. Se aplica a la persona cotilla.
Agonías. 1. Persona apocada y pesimista. 2. Egoísta y roñoso.
Aguachilre. Cualquier bebida, sin fuerza ni sustancia.
Aguaerillas. Aguaderas.
Aguaíllo. Meter a alguien la cabeza bajo el agua.
Aguas (dar las). Orinar.
Agujilla. Señal de la patata, bien por un golpe o por un brote.
Ahijar. Número de cabezas que tiene el pastor en el rebaño del amo.
Ahornar. Meter las piezas de alfarería en el horno.
Aína. Casi.
Ajoatao. Especie de salsa mayonesa hecha con huevo, ajo, aceite y sal.
Ajo machuco. Comida con patatas aplastadas y aceite.
Ajomortero. Guiso de patatas cocidas, en puré, con harina, aceite y sal.
Ajopringue. Especie de paté hecho con hígado, manteca de cerdo, ajo y otras especias.
Albarca. Calzado rústico.
Albarillo. Albaricoque.
Albollón. Agujero de desagüe para sacar el agua de la casa a la calle.
Arcabuz. Cangilón.
Alcagüés. Cacahuete.
Alcoúz. Arcaduz.
Alcucera. Recipiente donde los pastores llevaban el aceite.
Aldabilla. Pieza de hierro en forma de gancho que sirve para cerrar puertas y ventanas.
Aletazo. Golpe de sueño.
Aletría. Fideo.
Aleva. Pelea a pedradas.
Alifarfe. (quizá del árae alifafe «cobertor») Arreglarse.
Alivio de luto. Ropa un poco más clara que se ponen los dolientes de un difunto, pasado cierto tiempo.
Almondigón. Persona demasiado gruesa.
Almorchón, na. Bobo.
Aluciar. Retocar el peinado.
Amagarse. Agacharse, esconderse.
Amolliguar. (del latín mollis «blando») Remover la tierra que rodea a una cepa para quitar malas hierbas y airear el suelo.
Amos. Interjección que indica sorpresa.
Anafre. Recipiente para el aceite.
Anapol. Amapola.
Andango. Sinvergüenza.
Andurrial. Lugar poco visitado por ser inhóspito.
Aniaga. Parte del salario, en especie, que se entrega al gañán para su manutención, consistente en quince celemines de trigo al mes, siete
litros de aceite y cinco cuarterones de patatas.
Anqueta (estar de media). Estar mal sentado.
Antier. (Arcaísmo, del latín ante herl), Anteayer.
Antipara. Mandil utilizado en la poda de las parras.
Apechusques. 1. Herramientas, aperos de labranza. 2. Trastos.
Apercollar. Agarrar por el cuello.
Apestillo. Persona machacona, insistente.
Arranque. Acción y efecto de recolectar semillas leguminosas.
Arretrataúra. Fotografía.
Arriate. Reguera producida por la lluvia en tierras de labor.
Arritraque. Trasto viejo e inútil.
Arrojao. Herpes labial.
Ascape. Enseguida.
Aspearse. (de ex_ y pedare) Estar sin fuerzas, cansado.
Asura. Dolor, malestar.
Atalaje. 1. Ajuar. 2. Adorno, atavío.
Atroje. Almacén para cereales
Atrojo. Rincón en las cámaras donde se coloca la mies.
Aviar. Disponer o preparar algo.
Avío. Mitad del salario al jornalero en especie.
Azulete. Polvo guardado en una bolsa de tela para dar color azulado a la ropa lavada.